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La prehistoria reciente en la Rioja Alavesa: 25 años de investigaciones

Javier FERNÁNDEZ ERASO

Introducción

Un cuarto de siglo de investigaciones prehistóricas localizadas en un mismo territorio dan para pensar y escribir mucho. Sin embargo no es ahora nuestra intención ofrecer al lector un cúmulo de datos, hilvanados sólo por un devenir cronológico, fruto de una sucesión de intervenciones arqueológicas en diferentes sitios.

La Rioja Alavesa ha sido y es un territorio de paso de multitud de pueblos diferentes durante toda la historia. Recoge las influencias mediterráneas que le llegan por el valle del Ebro, las que llegan desde la Meseta y las encamina hacia la costa cantábrica y al Continente. Es, pues, una zona de encrucijada de caminos abierta a multitud de influencias.

Nuestra labor durante estos años se ha centrado, básicamente, en la Sierra de Cantabria que se emplaza en la zona meridional del Territorio de Álava. Está formada por calizas cretácicas que coronan un farallón rocoso en la zona más elevada y se disponen sobre formaciones conglomeráticas terciarias, compuestas por cantos areniscos con una mala cimentación calcárea. En la vertiente meridional, en formaciones conglomeráticas, se abren una serie de oquedades que han sido ocupadas durante la Prehistoria Reciente, como son los casos de Peña Larga o de Los Husos I y II y en formaciones calizas se localiza los abrigos de San Cristóbal y el de Peña Parda. En la vertiente opuesta, también en formaciones calizas, de abre la sima de Las Yurdinas II, que también ha sido objeto de estudio por nuestra parte.

La formación de la Sierra se produce durante el cabalgamiento surpirenáico. Por su emplazamiento señala el paso del Medio al Alto Valle del Ebro y supone el cierre de la depresión del Ebro por el norte.

Situación de la Sierra de Cantabria (Mapa P. Lobo)

Figura 1.- Situación de la Sierra de Cantabria (Mapa P. Lobo)

Todos los abrigos se orientan bien al sur o hacia el sol naciente. El lugar en el que se emplazan en la sierra no llega a superar los 900 metros de altura, siendo el de Peña Larga el que se encuentra en la zona más elevada y los de Los Husos los más próximos a las cotas del valle.

Desde todos ellos, salvo de San Cristóbal, se domina el paisaje abierto de la Rioja Alavesa, hasta la vecina Sierra de Cameros.

Historia de las investigaciones en la Rioja Alavesa

Afortunadamente las investigaciones relacionadas con la prehistoria en esta zona no son nuevas, si no que cuentan con una dilatada tradición que hunde sus raíces en la primera mitad del siglo XX.

Así en 1935 Alejandro Sanpedro descubrió el poblado de La Hoya (Laguardia) que fue excavado en tres etapas diferentes: 1935, entre 1950 y 1953 y, por último, entre 1973 y 1989. Fueron muchos los equipos de investigadores que actuaron en este sitio prehistórico, coincidiendo siempre con las personas preocupadas por el conocimiento prehistórico en cada época. Así actuaron a lo largo del tiempo los Amigos de Laguardia, en el momento de su descubrimiento, Domingo Fernández Medrano, Máximo Ruiz de Gaona, Basilio Osaba, Gratiniano Nieto y, por último, Armando Llanos.

El primero de los dólmenes localizado en la Rioja Alavesa fue en de la Chabola de la Hechicera (la Choza de la Hechicera según reza en los paneles del museo de los Amigos de Laguardia) el año 1935. Su descubridor fue Álvaro de Gortázar y el primer sondeo fue obra de José Miguel de Barandiaran en el año siguiente. La primera excavación que se realizó en este monumento hubo de esperar hasta el año 1947 en que intervinieron Carlos Sáez de Tejada, Álvaro de Gortázar y Domingo Fernández Medrano. Los últimos trabajos se realizaron en 1974 siendo Juan María Apellániz su director. Tras ella el Servicio de Arquitectura de la Diputación Foral de Álava, bajo la dirección de Julio Herrero, procedió a la restauración que hoy todos conocemos.

Desde el año 1936 todas las labores arqueológicas quedaron suspendidas en el territorio de la Rioja Alavesa. Habrá que esperar hasta el año 1943 para que se reanudaran las labores de prospección. Esta fecha marca el inicio de una serie de trabajos de prospección y excavación que corrieron a cargo de Domingo Fernández Medrano, director del Museo Arqueológico de Álava. Así en 1943 localizó en dolmen de El Encinal que excavó 1951. En 1948 localizó y excavó el dolmen del Alto de la Huesera y el yacimiento al aire libre de Los Molinos.

Yacimiento de Los Molinos (1948)

Figura 2.- Yacimiento de Los Molinos (1948)

En 1952 encontró el de Layaza, en Laguardia, que excavó en 1975 junto con José Miguel de Barandiaran. En 1953 localizó y excavó el dolmen de La Cascaja, en Peciña, que tuvo que ser adquirido por la Diputación Foral de Álava al encontrase situado en otro territorio provincial. En 1955 fue descubierto el dolmen de El Sotillo que excavó en 1963 acompañado por José Miguel de Barandiaran. Por último, al año siguiente —1956—, le tocó el turno al dolmen de San Martín en el que intervino con José Miguel de Barandiaran y Juan María Apellániz en 1964.

Iñaki Amezua descubrió, en 1964, el yacimiento del abrigo de Los Husos I (Laguardia) que excavó Juan Mª. Apellániz entre 1965 y 1970. La intervención en este abrigo supuso un paso decisivo para ordenar la prehistoria de las épocas con cerámica en el País Vasco. El esquema dual basado en los yacimientos de Los Husos y Santimamiñe ha tenido vigencia hasta los comienzos de la presente centuria. Sin embargo las investigaciones desarrolladas en las últimas décadas han podido superar esa propuesta y proporcionar una visión de la prehistoria reciente más acorde con el resto de los territorios de la Europa Occidental.

En 1983 José Ignacio Vegas localizó el dolmen de Los Llanos que excavó entre 1985 y 1987. Él mismo identificó, en 1985, y excavó hasta 1987 el enterramiento de San Juan ante Portam Latinam.

Dolmen de El Montecillo

Figura 3.- Dolmen de El Montecillo.

Entre 1985 y 1989 Javier Fernández Eraso excavó el yacimiento del abrigo de Peña Larga en Cripán. Años más tarde (entre 1999 y 2010) continuó su labor investigadora en los abrigos de Los Husos I y II (Elvillar), la cueva de Las Yurdinas II (Peñacerrada), el abrigo de Peña Parda (Laguardia) y en la actualidad trabaja en el abrigo de San Cristóbal (Laguardia).

Por último el año 2009 Roberto Ibáñez localizó la última de las arquitecturas megalíticas descubiertas hasta la actualidad, el dolmen de El Montecillo. Su excavación se ha realizado durante el año 2010 por Javier Fernández Eraso y José Antonio Mujika Alustiza.

La prehistoria reciente en la Rioja Alavesa a la luz de los datos aportados

El estado actual de conocimientos ha evolucionado enormemente desde que en 1935 se produjera el hallazgo de la arquitectura funeraria de la Chabola de la Hechicera. Se han localizado y excavado una gran cantidad de yacimientos con una metodología acorde al desarrollo alcanzado por el conjunto de las ciencias que intervienen en el proceso de investigación de cada uno de los sitios. Analíticas referidas al estudio del polen, carbones, sedimentos a nivel macro y microscópico, huesos humanos y sus patologías, macro y microfauna, procedencia de materias primas, etc. nos han permitido abordar la reconstrucción de una parte de la historia riojano-alavesa desde un amplio espectro de puntos diferentes.

Además a todo ello se deben añadir las dataciones radiocarbónicas obtenidas en el conjunto de sitios excavados. En el presente trabajo se recogen, en el cuadro adjunto, cincuenta y cuatro fechas obtenidas, salvo tres de Peña Larga y dos de Los Husos I por AMS y en el mismo laboratorio. Además durante las excavaciones realizadas en la sima de Las Yurdinas II (Peñacerrada), en la vertiente septentrional de la Sierra de Cantabria, se obtuvieron otras cuatro y, en los trabajos que en la actualidad estamos realizando —Junto al profesor José Antonio Mujika— orientados a la puesta en valor de la estación dolménica de la Rioja Alavesa, se han datado, por el momento, los sepulcros de El Montecillo y La Chabola de la Hechicera (ocho fechas más). Si a este conjunto de dataciones se añaden las obtenidas por José Ignacio Vegas para los enterramientos de San Juan Ante Portam Latinam y Los Llanos (VEGAS, 2007), por Fernando Galilea (GALILEA, 2009) para el dolmen de San Martín y el conjunto de datas obtenidas por Armando Llanos en el poblado de La Hoya se llega a rondar el centenar de fechas para un periodo comprendido entre el Neolítico Antiguo y la romanización. Todo esto hace que la Rioja Alavesa sea una de las zonas mejor conocidas de toda la Prehistoria Reciente en la Comunidad Autónoma y, sin duda, la que ostenta un cuadro cronológico más completo.

Hogar del nivel IV del abrigo de Peña Larga

Figura 4.- Hogar del nivel IV del abrigo de Peña Larga.

Por lo que conocemos hasta hoy sabemos que las primeras ocupaciones neolíticas en la Rioja Alavesa se produjeron durante el primer cuarto del VI milenio (Cal. BC). Se trata de pastores que llegaron a estas tierras desde el Mediterráneo remontando el curso del río Ebro. Van a aportar tres elementos novedosos en el desarrollo de nuestra prehistoria. En primer lugar la ganadería ovina ya domesticada. En segundo cerámica impresa de tipo cardial. Y, por último, un ajuar lítico en el que, como instrumento dominante, se encuentra el segmento de círculo trabajado a doble bisel. Además la mayor parte de estos instrumentos están fabricados sobre sílex evaporítico procedente de afloramientos que se localizan aguas abajo del río Ebro (FERNANDEZ ERASO et alii, 2005; TARRIÑO, 2006). Estas primeras ocupaciones tienen, con toda seguridad, carácter temporal. En Peña Larga, el sitio en el que se ha localizado la ocupación más antigua, se llegaron a identificar hasta tres hogares en diferentes lugares del abrigo y a distintas profundidades. Los tres han sido datados por C-14 y las fechas difieren en el tiempo, siempre dentro de los márgenes de un Neolítico Antiguo.

A mediados del VIº milenio (Cal. BC) se advierte ya los restos de agricultura. Así en la capa XV de Los Husos I se recogieron pólenes de cereales domésticos.

De esta manera a lo largo del VIº milenio (Cal. BC) se asiste la llegada y arraigo de un nuevo sistema económico a nuestra zona, la etapa de producción.

Datados entre finales de VIº y comienzos de Vº milenio (Cal. BC) se han localizado restos que apuntan hacia una mayor sedentarización de los grupos humanos riojano-alaveses. Como consecuencia de asentamientos estables y prolongados se pueden entender la aparición de rediles en el interior de los abrigos de la Sierra de Cantabria, cuya construcción se inicia a finales del VIº milenio (Cal. BC) y perdura, sin interrupción, hasta finales de IIº (Cal. BC). Este tipo de formaciones se caracteriza por una acumulación de capas de ceniza de tonalidades y grado de compactibilidad diferenciado. Son el resultado de sucesivas quemas de los residuos dejados por los animales allí encerrados, con el fin de proceder a un saneamiento cíclico. Para tal labor los restos se amontonan de manera que es frecuente localizarlos constituyendo superposiciones procedentes de diferentes quemas. En su masa se localizan, con relativa frecuencia, hoyos de postes situados a diferentes distancias del fondo de los abrigos, obedeciendo, suponemos, al tamaño del conjunto de animales que allí se guardan. En algunas ocasiones, como en la capa XI —Calcolítico— de Los Husos I, su conservación es excepcional debido a una percolación de carbonatos.

En otros se han podido diferenciar, con claridad, zonas de uso diferenciado. Así en el nivel VI de Los Husos II se pudo aislar, durante la excavación y fue refrendado posteriormente por microsedimentología, una zona limpia ocupada por los pastores que cuidaban del rebaño, caracterizada por la presencia de un hogar y la ausencia de excrementos y otros residuos propios de un establo, y otra con abundantes cenizas de excrementos quemados y restos húmicos propios de suelos de establo.

Hoyos de postes de la capa XI del abrigo de Los Husos I

Figura 5.- Hoyos de postes de la capa XI del abrigo de Los Husos I.

A mediados del Vº milenio (Cal. BC) se produce una modificación importante en las industria líticas. El trabajo en doble bisel que había llegado a la zona asociado a los primeros restos de neolitización va a ser sustituida por el resurgimiento del retoque abrupto tal y como se hacía durante el Epipaleolítico. Así en los niveles IX, VII y VI de Los Husos II, IV de Peña Larga y capas XVI y XV de los Husos I las piezas geométricas están todas trabajadas mediante retoque a doble bisel. Sin embargo en el nivel III Inf. de Peña Larga y V de Los Husos II se localizan los mismos tipos de artefactos pero tallados mediante retoques abruptos. Ello implica, por ejemplo, que hasta el día de hoy en los dólmenes de la Rioja Alavesa no se ha recuperado ningún segmento de bisel doble.

Entre finales del Vº y comienzos de IV milenio (Cal. BC) se erigen las primeras arquitecturas funerarias. Así lo atestiguan las fechas obtenidas para los sepulcros de corredor de Los Llanos y de San Martín. Esta práctica estará en uso en esta zona al menos hasta mediados del IIº milenio (Cal. BC).

En la Rioja Alavesa no se ha localizado, hasta la fecha, ningún poblado al aire libre que pueda atribuirse a este periodo inicial de la Prehistoria Reciente. No lejos de aquí en Los Arcos (Navarra) se localizó hace algunos años el poblado de Los Cascajos cuyas datas más antiguas lo sitúan durante el Neolítico Antiguo. Se trata de un poblado formado por cabañas de planta circular, protegido por una empalizada. Sus características lo asemejan a muchos otros, La Lámpara o La Revilla, excavados en tierras de Soria. Por ello no sería raro que en la zona de nuestros estudios se pudiera localizar, alguna vez, restos constructivos similares.

Durante el Calcolítico se conocen restos de asentamientos al aire libre como Los Molinos, la etapa inicial del poblado de La Hoya o el posible sitio localizado en Moreda. Sin embargo los datos que conocemos de ellos son muy precarios.

La economía sigue basándose en la producción de alimentos, agricultura y ganadería. Las piezas de hoz en sílex o los pólenes de cereales son ahora más frecuentes en todos los lugares excavados.

Los enterramientos se realizan mediante inhumación o, mejor, deposición del cadáver en superficie en el interior de estructuras dolménicas El Alto de la Huesera, La Chabola de la Hechicera, El Montecillo, etc.) o en abrigos bajo roca (Peña Larga, Los Husos I Y II o San Juan Ante Portam Latinam). En algunos de estos lugares se han localizado huesos humanos quemados. Estas quemas se deben a acciones de saneamiento realizadas “a posteriori” por gentes diferentes a las que realizaron el depósito. Tal es el caso del nivel III de Peña Larga o del nivel III de Los Husos II. No sabemos para qué se realizó la quema en este segundo yacimiento pues la ocupación de época romana arrasó todo resto posterior al Neolítico Reciente. En el caso de Peña Larga sobre los restos quemados aparecen restos de un nivel calcolítico de ocupación con señales de haberse utilizado, en parte, como establo.

Nivel VI de Los Husos II. En rojo zona del hogar. En azul zona de establo

Figura 6.- Nivel VI de Los Husos II. En rojo zona del hogar. En azul zona de establo.

Es muy importante señalar la presencia, en los restos de esta época, de cerámicas de tipo campaniforme. Esta cerámica en los abrigos de la Sierra de Cantabria se encuentra siempre asociada a niveles de habitación o en los que se realiza algún tipo de actividad económica, nunca se asocia con enterramientos. Así en Los Husos I, en la capa IX; se recogió un fragmento de puntillado, en el nivel II de Peña Larga, III y IV de San Cristóbal o en el de Peña Parda fragmentos del tipo ciempozuelos. En los lugares de enterramiento, de la misma cronología, el campaniforme se localiza en las arquitecturas dolménicas, caso de El Sotillo, La Chabola de la Hechicera, El Alto de la Huesera o El Montecillo, pero nunca en conjuntos funerarios localizados en la Sierra de Cantabria.

La industria lítica evoluciona de manera notable. Ojivas foliáceas y puntas de pedúnculo y aletas junto con piezas de hoz y grandes láminas con lustre son frecuentes. Del mismo modo hacen su aparición las primeras industrias metálicas fabricadas en cobre. Puñales, punzones y puntas se han localizado en el dolmen de San Martín, El Sotillo o el abrigo de Los Husos I.

Cuadro de dataciones de los yacimientos en abrigo bajo roca excavados en la Rioja Alavesa

Yacimiento Nivel Fecha BP Cal. BC Laboratorio
CPL II 4040+40

2840-2820
2670-2470

Beta- 242780
CPL III 4470+160 3650-2650 I- 14592
CPL IV 4890+50 3770-3630 Beta- 242781
CPL IV 5010+40 3640-3700 Beta- 242784
CPL IV 5720+40 4690-4460 Beta- 242782
CPL IV 5830+110 4950-4400 I- 14909
CPL IV 6150+230 5550-4500 I- 15150
CPL IV 6720+40

5710-5610
5590-5560

Beta- 242783
LH-I I 1560+60 425-570 AD Beta-136037
LH-I I 1760+50 230-350 AD Beta-136038
LH-I II 1550+50 410-625 AD Beta-136039
LH-I II 1600+40 390-550 AD Beta-137897
LH-I III 2970+50 1375-1020 Beta-136040
LH-I V 3360+50 1750-1520 Beta-136041
LH-I VI 3410+40 1770-1620 Beta-148055
LH-I VII 3400+40 1760-1610 Beta-149399
LH-I VIII 3630+40

2130-2080
2060-1890

Beta-148057
LH-I IX 3710+40 2210-1970 Beta-148058
LH-I XI 3190+40 1520-1400 Beta-149400
LH-I II-C 3920+100 2700-2000 I-3985 *
LH-I XII 3980+40 2580-2430 Beta-148061
LH-I III-B 4730+110 3800-3300 I-5949 *
LH-I XV 5630+60 4530-4360 Beta-161179
LH-I XV 5810+60 4790-4510 Beta-161181
LH-I XV 6130+60 5220-4940 Beta-161180
LH-I XVI 6240+60 5320-5040 Beta-161182
LH-II I 1610+40 380-540 AD Beta-208842
LH-II I 1570+40 410-580AD Beta-208843
LH-II II 1370+40 620-700 AD Beta-208844
LH-II II inf. 1770+50 130-400 AD Beta-208845
LH-II III 4670+50 3630-3570
3540-3350
Beta-208847
LH-II IV 4910+60 3790-3630 Beta-208848
LH-II IV inf. 4930+40 3780-3650 Beta-208849
LH-II V 5280+40 4230-3980 Beta-208850
LH-II V 5300+40 4240-3990 Beta-161184
LH-II V 5430+60 4360-4150
4120-4070
Beta-161185
LH-II V 5490+40 4370-4300
4300-4250
Beta-208851
LH-II VI 5300+40 4240-3993 Beta-208852
LH-II VI 5520+40 4450-4320 Beta-208853
LH-II VII 5790+40 4720-4530 Beta- 221641
LH-II VII 6050+40 5040-4820 Beta -221640
LH-II IX 6040+40 5040-4810 Beta -221642
LH-II X 7360+40 6250-6100 Beta -221643
ASC Fosa eremitas 450+40 1420-1490AD Beta - 161188
ASC II 3990+40 2580-2460 Beta – 252535
ASC IV 4030+40 2830-2820
2630-2470
Beta – 252437
ASC V Inf 4080+40 2860-2800
2750-2710
2710-2550
Beta – 268468
ASC VI 4100+40 2870-2800
2780-2560
2520-2500
Beta - 268470
ASC VI 4170+40 2890-2620 Beta - 268469
ASC VII 3120+40 1460-1310 Beta - 288940
ASC VIII 4470+40 3350-3020 Beta - 288941
ASC Hoyo  Banda 4 3240+40 1610-1430 Beta - 288942
ASC Hoyo Banda 8 4020+40 2630-2470 Beta - 288943
ASC Sondeo 4260+40 2920-2870 Beta - 161187

Bibliografía

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Javier FERNÁNDEZ ERASO. Universidad del País Vasco. Área de Prehistoria. Proyecto MEC: HAR 2008-03976/HIST. Grupo de Investigación: IT-288-07. e-mail: javier.fernandeze@ehu.es

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